martes, 1 de diciembre de 2015

CAPÍTULO 12, GRACIAS… RENAMON

CAPÍTULO 12, GRACIAS… RENAMON


(POV de Guilmon)

(Continuación del Flashback)

—Guilmon… nunca vuelvas hacer algo así— eso fue lo último que me había dicho Renamon.

Hacia solo un momento me sentía muy triste y enojada y… había tratado de lastimarme para acabar con mi vida y mi sufrimiento hasta que Renamon me detuvo y me dio una bofetada, para luego abrazarme. En verdad ella se veía muy triste y muy preocupada y lo podía sentir en ese gesto.
Me sentía tan confundida que realmente no sabía que hacer o decir, ni siquiera sabía que pensar.

—¿Por qué… me pegaste?— fue lo primero que dije sin siquiera pensarlo pero… no lo dije molesta ni triste sino… más bien sorprendida.

Renamon tardo un poco en responderme, pero en ese tiempo acariciaba suavemente la mejilla en la que había golpeado, y hacia que ese dolor empezara a disminuir poco a poco. Me dio la impresión de que se sentía algo avergonzada, pero también sentía que ella deseaba decirme algo, y después de un rato más finalmente habló.

—Lamento haberte pegado Guilmon— me dijo ella —créeme que nunca fue mi intención tratar de dañarte, ni quiero que pienses que estoy enojada contigo o algo así— alejo su mano de mi rostro y bajo la mirada, haciendo una pequeña pausa antes de seguir —es solo… que no podía permitir que te hicieras daño. Tú no puedes terminar con tu vida de esa manera, porque tú aun tienes mucho porque vivir—

¿Mucho porque vivir?
No estaba segura de porque me decía eso, o si debería creerlo, pero aun así sentía en sus palabras esa sensación de querer ayudarme y tratar de darme esperanza, como siempre lo hacía. No sabía que decirle, pero al menos sentía que debía escucharla y todo lo que tuviera que decir.

viernes, 3 de julio de 2015

CAPÍTULO 11, EL DOLOR DE GUILMON

Capítulo 11, el dolor de guilmon


(POV de Renamon)

Era otra noche en ese maldito prostíbulo. Jmjmjm no, en realidad no lo era.
Esa era una noche… bastante especial, en la ninguna de nosotras sufría. Nadie era abusada, ni era golpeada u ofendida. Nadie lloraba, triste por las cosas terribles que debíamos soportar día a día, así como el dolor por haber sido alejadas de todo lo que a nos importaba y amábamos. Esa… era una noche tranquila, y tal vez lo más importante de todo, ninguna estaba sola.

Estaba en mi cuarto como siempre, pero en esta ocasión no estaba yo sola, ya que todas las demás chicas estaban reunidas conmigo y en ese momento dormían. Realmente era un espacio pequeño y algo incómodo, así que todas estaban acomodadas de alguna manera. Unas sentadas en el suelo y acomodadas contra una pared, otras recostadas en el frio suelo, pero todas tenían algo en común, y es que todas dormían plácidamente, abrazadas en parejas, y con una linda y duce sonrisa en sus rostros. Ninguna de ellas había estado triste en esa noche, y todas habían vivido un maravilloso momento juntas que las había hecho sentir queridas, amadas, respetadas, y sobretodo felices, y que aun dormidas se reflejaba en sus rostros. Y yo… bueno, yo había tenido la fortuna de haber compartido ese momento con ellas y experimentar la felicidad que mis amigas habían sentido.

Realmente había sido una noche que ninguna de ellas olvidaría y siempre la tendrían presente en su corazón, y por supuesto, yo tampoco la olvidaría jamás.
Había sido casi un momento mágico pero… de todas las chicas… había una que esa noche había sido más especial e importante. Ella había pasado por mucho y estaba muy herida, pero al final pudo dejar toda su tristeza de lado y sentirse plenamente feliz, sentirse querida y… que ella era especial… que tenía un propósito en la vida. Y esa chica ahora estaba a mi lado, acostada junto a mí en mi cama. Yo me quedaba poco a poco dormida mientras que ella gentilmente cepillaba mi pelaje con sus garras, sintiendo todo su cariño y su felicidad. Una felicidad que… realmente le hacía falta sentir.
Esa chica… era Guilmon.

domingo, 13 de julio de 2014

CAPÍTULO 10, UN VIAJE ESPIRITUAL

Capítulo 10, Un viaje espiritual


(POV de Renamon)

-Mi querido Exveemon…- dije en voz baja, sonriendo y esperando que él, de alguna forma… sintiera lo que decía, sin importar en donde estuviera –Espero verte pronto… mí amado dragón-

Seguí admirando el paisaje por varios minutos más. Realmente me sentía atrapada por el, y me sentía feliz, mientras todavía recordaba la maravillosa noche que había pasado al lado de mi amado.

No sé cuánto tiempo más pase con la vista perdida en la nada, pero pronto me di cuenta que ya era el momento de dirigirme al comedor para el desayuno.
En cuanto entre, todo se veía como siempre. La persiana de la sala donde Digitamamon comía cerrada, Yashamon sirviendo los desayunos, y todas mis amigas comiendo. Sin embargo, había algo diferente en ese momento.
No estaba segura, pero todo se sentía mucho más calmado y tranquilo que lo acostumbrado. Normalmente se sentía un aire tenso y frio, triste, por toda las cosas por las cuales pasábamos a diario, aunque en ese día ese no parecía ser el caso, y una parte de mi estaba contenta por eso.

CAPÍTULO 9, LA PASIÓN DE LA ZORRA Y EL AMOR DEL DRAGÓN​

CAPÍTULO 9, LA PASIÓN DE LA ZORRA Y EL AMOR DEL DRAGÓN


(POV de Renamon)

En verdad iba a suceder, y la verdad es que apenas y podía creerlo. Debo admitirlo, por un momento llegue a creer que todo lo que estaba ocurriendo no era más que el producto de mi imaginación. Pero el sentir la presencia, el calor, y ver justo frente a mí a ese magnífico dragón azul me hacían entender que todo era real.
Finalmente había aceptado que amaba a Exveemon, y esa noche en la que volví a verlo me pude armar del suficiente valor para decirle todo lo que sentía por él, y todo lo que significaba para mí. Había empezado una horrible tormenta, solo que esta vez no había tenido que soportarla sola, porque él siempre estuvo conmigo, protegiéndome no solo del frio, sino también del miedo. En medio de una tormenta siempre me asustaba cuando estaba sola. Pero en ese momento, él me transmitía una calma y una calidez como no había sentido en mucho tiempo, que hacían olvidar el frio y mis miedos. Una calidez que se encendió como el fuego cuando, después de que la tormenta terminara, él, al igual que yo, también me abrió su corazón.

CAPÍTULO 8, UNA NOCHE DE TORMENTA​

CAPÍTULO 8, UNA NOCHE DE TORMENTA


No hay mucho que pueda decirles, excepto que me encontraba sola. Apenas y había pasado una hora desde que Exveemon se había ido, pero… sentí como si hubiera sido mucho más tiempo.
Me acerque a mi ventana para poder admirar el paisaje que existía fuera de esa prisión. Había dejado de llover, y el sol iluminaba todo.
Sé que el bosque, las montañas, todo lo que había afuera siempre era igual y jamás cambiaba, pero… no dejaba de ser hermoso para mí, y hacia que mis deseos de libertad fueran más grandes.

Veía a algunos digimons moverse por el bosque, algunos de ellos estaban jugando, y otros parecían simplemente disfrutar del lugar. También alcance a ver a algunos digimons que venían volando desde las montañas. Desde mi posición y por la altura a la que estaban, no pude identificarlos, pero por un momento me pareció reconocer a un digimon entre ese grupo. Mire fijamente y creí ver a Exveemon entre esos digimons. Empecé a sonreír, pero esa sonrisa desapareció en cuanto vi que aquel digimon no era Exveemon. De hecho, ni siquiera era parecido.
Eso había sido de verdad extraño. ¿Por qué había creído ver a Exveemon cuando ni siquiera estaba ahí? Creo que la respuesta a esa pregunta vino sola.

CAPITULO 7, NOS VEMOS OTRA VEZ

CAPITULO 7, NOS VEMOS OTRA VEZ

Desde la llegada de Exveemon, una nueva tranquilidad había llegado a mi alma y a mi corazón.
Cuando Flamedramon murió, siempre me fue difícil seguir adelante y mantener el ánimo para soportar vivir en ese infierno, y era aún más difícil hacer que mis amigas pudieran mantener ese ánimo para seguir adelante. Sin embargo, desde el día en que ese dragón azul llego y comenzó a visitarme de vez en cuando a mí y a cada una de las chicas, el ánimo parecía recuperarse.

Las dos ocasiones en las que Exveemon había venido, más una tercera vez un día después, él siempre se quedaba un largo rato con cada una de las chicas. Por lo que yo veía desde la televisión de mi cuarto, y según lo que las propias chicas comentaban, Exveemon era alguien que no mostraba en ningún momento intensiones de tener relaciones sexuales, y aunque chicas como Rosemon, Lotusmon o LadyDevimon eran físicamente atractivas y despertaban deseos perversos en cualquier hombre, el dragón azul era respetuoso y muy amable. Exveemon escuchaba siempre lo que cada chica tenía que decir y contar de ellas mismas, permitiéndoles desahogarse y siempre diciendo frases o palabras lindas para animarlas, a veces acompañadas de leves caricias o abrazos, lo que siempre las hacía sentir mejor.