domingo, 13 de julio de 2014

CAPÍTULO 10, UN VIAJE ESPIRITUAL

Capítulo 10, Un viaje espiritual


(POV de Renamon)

-Mi querido Exveemon…- dije en voz baja, sonriendo y esperando que él, de alguna forma… sintiera lo que decía, sin importar en donde estuviera –Espero verte pronto… mí amado dragón-

Seguí admirando el paisaje por varios minutos más. Realmente me sentía atrapada por el, y me sentía feliz, mientras todavía recordaba la maravillosa noche que había pasado al lado de mi amado.

No sé cuánto tiempo más pase con la vista perdida en la nada, pero pronto me di cuenta que ya era el momento de dirigirme al comedor para el desayuno.
En cuanto entre, todo se veía como siempre. La persiana de la sala donde Digitamamon comía cerrada, Yashamon sirviendo los desayunos, y todas mis amigas comiendo. Sin embargo, había algo diferente en ese momento.
No estaba segura, pero todo se sentía mucho más calmado y tranquilo que lo acostumbrado. Normalmente se sentía un aire tenso y frio, triste, por toda las cosas por las cuales pasábamos a diario, aunque en ese día ese no parecía ser el caso, y una parte de mi estaba contenta por eso.

CAPÍTULO 9, LA PASIÓN DE LA ZORRA Y EL AMOR DEL DRAGÓN​

CAPÍTULO 9, LA PASIÓN DE LA ZORRA Y EL AMOR DEL DRAGÓN


(POV de Renamon)

En verdad iba a suceder, y la verdad es que apenas y podía creerlo. Debo admitirlo, por un momento llegue a creer que todo lo que estaba ocurriendo no era más que el producto de mi imaginación. Pero el sentir la presencia, el calor, y ver justo frente a mí a ese magnífico dragón azul me hacían entender que todo era real.
Finalmente había aceptado que amaba a Exveemon, y esa noche en la que volví a verlo me pude armar del suficiente valor para decirle todo lo que sentía por él, y todo lo que significaba para mí. Había empezado una horrible tormenta, solo que esta vez no había tenido que soportarla sola, porque él siempre estuvo conmigo, protegiéndome no solo del frio, sino también del miedo. En medio de una tormenta siempre me asustaba cuando estaba sola. Pero en ese momento, él me transmitía una calma y una calidez como no había sentido en mucho tiempo, que hacían olvidar el frio y mis miedos. Una calidez que se encendió como el fuego cuando, después de que la tormenta terminara, él, al igual que yo, también me abrió su corazón.

CAPÍTULO 8, UNA NOCHE DE TORMENTA​

CAPÍTULO 8, UNA NOCHE DE TORMENTA


No hay mucho que pueda decirles, excepto que me encontraba sola. Apenas y había pasado una hora desde que Exveemon se había ido, pero… sentí como si hubiera sido mucho más tiempo.
Me acerque a mi ventana para poder admirar el paisaje que existía fuera de esa prisión. Había dejado de llover, y el sol iluminaba todo.
Sé que el bosque, las montañas, todo lo que había afuera siempre era igual y jamás cambiaba, pero… no dejaba de ser hermoso para mí, y hacia que mis deseos de libertad fueran más grandes.

Veía a algunos digimons moverse por el bosque, algunos de ellos estaban jugando, y otros parecían simplemente disfrutar del lugar. También alcance a ver a algunos digimons que venían volando desde las montañas. Desde mi posición y por la altura a la que estaban, no pude identificarlos, pero por un momento me pareció reconocer a un digimon entre ese grupo. Mire fijamente y creí ver a Exveemon entre esos digimons. Empecé a sonreír, pero esa sonrisa desapareció en cuanto vi que aquel digimon no era Exveemon. De hecho, ni siquiera era parecido.
Eso había sido de verdad extraño. ¿Por qué había creído ver a Exveemon cuando ni siquiera estaba ahí? Creo que la respuesta a esa pregunta vino sola.

CAPITULO 7, NOS VEMOS OTRA VEZ

CAPITULO 7, NOS VEMOS OTRA VEZ

Desde la llegada de Exveemon, una nueva tranquilidad había llegado a mi alma y a mi corazón.
Cuando Flamedramon murió, siempre me fue difícil seguir adelante y mantener el ánimo para soportar vivir en ese infierno, y era aún más difícil hacer que mis amigas pudieran mantener ese ánimo para seguir adelante. Sin embargo, desde el día en que ese dragón azul llego y comenzó a visitarme de vez en cuando a mí y a cada una de las chicas, el ánimo parecía recuperarse.

Las dos ocasiones en las que Exveemon había venido, más una tercera vez un día después, él siempre se quedaba un largo rato con cada una de las chicas. Por lo que yo veía desde la televisión de mi cuarto, y según lo que las propias chicas comentaban, Exveemon era alguien que no mostraba en ningún momento intensiones de tener relaciones sexuales, y aunque chicas como Rosemon, Lotusmon o LadyDevimon eran físicamente atractivas y despertaban deseos perversos en cualquier hombre, el dragón azul era respetuoso y muy amable. Exveemon escuchaba siempre lo que cada chica tenía que decir y contar de ellas mismas, permitiéndoles desahogarse y siempre diciendo frases o palabras lindas para animarlas, a veces acompañadas de leves caricias o abrazos, lo que siempre las hacía sentir mejor.